Los orígenes de la química se remontan a los orígenes de la humanidad. Los primeros químicos de la historia, aún desconocidos, fueron los humanos quienes manipularon y usaron el fuego. A lo largo de los siglos, los avances de la química (también conocida como alquimia), la cual proviene de la antigua palabra egipcia kēme, que significa tierra. La palabra más tarde se convirtió en "khēmia", o transformación, con la adición del artículo árabe al, lo que resultó en la palabra alquimia, que significa "el arte de la transformación".
Se han centrado en una serie de formulaciones útiles para propósitos ideales (como elixir o para transformar metales) o para tratar problemas de la vida real, con poca base científica, los griegos creían que las sustancias estaban formadas por 4 elementos: tierra, aire, agua y fuego. El atomismo postulaba que la materia estaba formada por átomos, teoría que postuló Demócrito de Abdera. Se conocían algunos tintes naturales y en China ya era conocida la pólvora.
Entre los años III a.C. y XVI d. C. se creía que la piedra filosofal podría convertir otros metales en oro. Se desarrollaron nuevos productos químicos y se utilizaban en la práctica, especialmente en los países árabes. A pesar de que los alquimistas buscaban una piedra que no existía, diseñaron procedimientos por medios químicos para convertir plomo en oro, así como aparatos para sus pruebas, siendo los primeros en realizar una “química experimental”.
Entre los siglos XVI y XVII se estudiaron los gases para establecer formas de medición que fueran más precisas. El concepto del elemento como una sustancia que no podía descomponerse en otras, y la teoría de flogisto para explicar la combustión.
A partir del siglo XVIII se adquieren finalmente las características de una ciencia experimental. Se desarrollan métodos de medición cuidadosos que permiten un mejor conocimiento de algunos fenómenos, como el de la combustión de la materia.
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